Introducción
Es sabido que en el ámbito familiar se
viven situaciones difíciles con los hijos en las que es
difícil tomar decisiones y actuar ante comportamientos
inadecuados o indeseables de los hijos. En estos casos es
posible influir de forma positiva en ellos si tenemos en
cuenta una serie de pautas, medidas o más bien, técnicas que
la Psicología nos aporta.
No se presentan aquí todas las técnicas que hay, pero
sí que podemos afirmar que las que se tratan son de fácil
aplicación por parte de los adultos que tratan a niños con
conductas inadecuadas.
Unas técnicas estarían encuadradas dentro de las que
provocan respuestas automáticas (lo que se llama
condicionamiento clásico) y otras técnicas logran controlar
las conductas mediante la alteración de las consecuencias que
les siguen (condicionamiento operante)
Todo ello encuadrado dentro de las técnicas
conductistas cuya terapia trata de modificar los
patrones de conducta desadaptados mediante la aplicación de
los principios del aprendizaje, particularmente al manipular
las recompensas y castigos ambientales.
Vamos a analizar las técnicas más
representativas con ejemplos concretos de la vida cotidiana
que suceden en el ámbito familiar.
CUADRO
RESUMEN DE ALGUNAS TÉCNICAS CONDUCTISTAS
|
CORRIENTE |
TÉCNICA |
MODALIDADES |
CONDICIONAMIENTO CLÁSICO |
1. Asociación
de estímulos y conducta refleja. |
|
2.
Desensibilización sistemática. |
3.
Imaginación emotiva. |
CONDICIONAMIENTO OPERANTE |
1. Refuerzo
positivo. |
Programa de
razón fija |
Programa de
razón variable |
Programa de
intervalo fijo |
Programa de
intervalo variable |
2. Refuerzo
negativo. |
|
3.
Castigo. |
|
4.
Extinción. |
|
5.
Autocontrol. |
Autobservación |
Autorrefuerzo
y autocastigo |
Autorregulación |
Autocontrol
de estímulos |
Autoinhibición recíproca |
Autotratamiento |
6.
Retroalimentación. |
|
Dentro de las TÉCNICAS DEL
CONDICIONAMIENTO CLÁSICO encontramos la asociación de
estímulos y la conducta refleja. Es la técnica
básica del condicionamiento clásico, a partir de la cual se
han elaborado las restantes. Consiste en que si un estímulo
A que provoca una conducta, lo asociamos con otro estímulo B,
cuando se produzca éste, aparecerá la conducta inicial o una
muy parecida.
La cara de la mamá (estímulo A) provoca
alegría en el bebé... Sin querer, la cara de la mamá se
asocia a su voz (estímulo B asociado), por lo que el
bebé sonreirá cuando oiga la voz de la mamá sin ver su
rostro. Esto es posible gracias a que la asociación de
estímulos se practica durante un tiempo. |
La desensibilización sistemática. Si un
estímulo que provoca ansiedad lo relacionamos con una conducta
que sea incompatible con la ansiedad, ésta disminuirá hasta
llegar a desaparecer cuando aparezca aquél.
Podemos decir que esta técnica es similar a la
relajación mental y aparece cuando la madre o padre
tranquiliza por la noche al niño que tiene miedo a la
oscuridad y se despierta o no logra conciliar el sueño.
Lo que hace el niño es asociar un estímulo desagradable
como es la oscuridad y que provoca una reacción de
temor-ansiedad, a una conducta agradable como es la
tranquilidad de escuchar a los padres y ver que no
ocurre nada adverso. |
La imaginación emotiva. Es una modalidad de la
desensibilización sistemática en la que se sustituye el
estímulo incompatible con la ansiedad por otro
agradable. Consiste en asociar a un estímulo que provoca
ansiedad, otro estímulo de naturaleza agradable e imaginado
por el sujeto, el cual es incompatible con la ansiedad,
automáticamente se presenta el imaginario agradable,
reduciéndose la ansiedad hasta desaparecer.
De la misma forma que hemos comentado en la
técnica anterior, el niño que presenta temor (conducta
desagradable) ante la oscuridad (estímulo adverso),
asociará este estímulo a otro de naturaleza agradable
como puede ser la voz conciliadora de los padres, pensar
en una experiencia o suceso positivo, recordar a un
familiar con quien está especialmente unido.... Esta
técnica requiere que el niño sea dirigido por el adulto,
que exista una constancia en la aplicación (sobre todo
al principio) y que el seguimiento sea
sistemático. |
Técnicas del
condicionamiento operante
-
El refuerzo
positivo trata de incrementar la frecuencia de una
respuesta mediante un refuerzo consistente en proporcionar
un estímulo grato al sujeto. El típico premio que
conocemos. El refuerzo de la conducta debe proporcionarse
lo más inmediatamente posible, al menos al principio del
tratamiento. La entrega del reforzador puede aplicarse
todas las veces que el sujeto obre correctamente (refuerzo
continuo) o solamente algunas (refuerzo intermitente) Las
distintas modalidades que presenta el refuerzo
positivo son, según KAZDIN:
Programa de
razón fija: cada cierto número de veces que el sujeto
realice la respuesta deseada se le concede un
refuerzo.
Imaginemos que deseamos que un chico tenga
la habitación colocada. Acordamos que recibirá un
premio si todos los días la coloca. Más adelante habrá
que variar esta proporción. Al principio de un
programa habrá que reforzarle siempre que la conducta
deseada aparezca. Con el tiempo y según avanza el
programa, la razón fija hay que aumentarla y habrá que
pensar en premiar a la semana de haber arreglado la
habitación de forma
continuada. |
El
inconveniente que tiene es que cuando se suprime el
refuerzo, suele extinguirse la conducta con más facilidad
que con las otras modalidades que
siguen.
Programa de
razón variable. En este caso se varía la proporción de
respuestas correctas por cada refuerzo, de manera que el
sujeto no sepa cuándo va a recibirlo. Al principio la
variación de la razón debe ser pequeña y aumentarse poco a
poco. Es un procedimiento muy eficaz para lograr la
modificación de la conducta, ya que todas las respuestas del
sujeto se realizan con la expectativa del posible premio, al
desconocer el momento en que se producirá.
En el
caso anterior, el niño ordenará su habitación y no
sabe en qué momento recibirá un premio lo que consigue
tener al individuo siempre a la
expectativa. |
La
ventaja de esta técnica consiste en que cuando se suprime el
refuerzo, resulta difícil la extinción de la respuesta
buscada.
Programa de
intervalo fijo. Siempre que el sujeto obre
correctamente, es decir, realice la conducta deseada durante
un espacio de tiempo fijo, se le proporciona el refuerzo.
Esta circunstancia es independiente del número de veces que
lo haga. Su eficacia es discreta, ya que puede
habituarse, con una sola acción, a esperar el refuerzo en el
tiempo que, por repetición, llega a conocer. También
tiene esta técnica un inconveniente y es que al suprimir el
refuerzo se produce la extinción con rapidez.
Siempre
que el/la niño/a consiga estar un tiempo establecido
estudiando recibirá un refuerzo (lo que hace falta es
que el tiempo sea efectivo y no esté haciendo o
pensando en otra cosa) |
Programa de
intervalo variable. En esta modalidad se aplica el
refuerzo al sujeto en intervalos de tiempo variables siempre
que, durante los mismos, responda con la conducta
deseada. Es un procedimiento más eficaz que el anterior
porque el niño desconoce cuándo se va a producir el
refuerzo, y ello le obliga a obrar correctamente de modo
permanente. La ventaja radica en que cuando se termina el
programa, la extinción de la conducta deseada se produce
lentamente.
Podemos
comprobar los efectos de esta técnica con un
adolescente que cumple con sus obligaciones (pueden
ser escolares, familiares...) sin establecer un tiempo
concreto; cuando lo estime oportuno el adulto
reforzará al adolescente con un premio lo que, sin
duda, supondrá un estímulo positivo para seguir
comportándose
correctamente. |
-
El
refuerzo negativo. Consiste en incrementar la frecuencia
de una acción deseable eliminando algo que resulta molesto
al sujeto, siempre que obre correctamente. Este refuerzo
debe ser también lo más inmediato posible a la conducta
deseada. Su aplicación puede ser de manera continua o
intermitente (la primera es más eficaz que la
última)
Debemos
levantar la prohibición de salir con las amigas a
nuestra hija cuando ésta se ha comportado
correctamente y ha realizado lo que le hemos
pedido. |
-
El
castigo. Consiste en eliminar algo grato o bien en
proporcionar algo que resulte molesto al sujeto siempre que
responda con una conducta distinta a la deseable,
facilitando así la extinción de la misma. Hay que tener en
cuenta que el castigo aplicado de forma intermitente es
menos eficaz que cuando se hace de forma continua. Para ser
efectivos, el castigo (si ha de aplicarse) debe ser lo más
inmediato posible tras la acción incorrecta. Los castigos
que más corrientemente pueden aplicarse
son:
Suprimir o
privar al sujeto de algo agradable: palabras cariñosas,
fichas o dinero, ver la televisión, asistir a un ambiente o
estar con personas amigos, etc.
Aplicar algo
molesto: realizar trabajos molestos o monótonos,
etc. Esta técnica es de las más frecuentes en nuestras
familias. No hace falta poner ejemplos pues conocemos por
activa y/o pasiva situaciones en las que esta técnica se ha
puesto en práctica. Lo que sí debemos recordar es lo aquí
explicado y tener en cuenta las condiciones en que hay que
aplicar un castigo.
-
La
extinción. Otro modo de reducir la frecuencia de una
conducta no deseable es ignorarla cuando se produce. Así se
produce la extinción de la misma al no recibir ningún
refuerzo que la mantenga. La extinción debe
ser aplicada siempre que se produzca la conducta. No debemos
aplicarla de manera intermitente (unas veces sí y otras no),
ya que de este modo, se refuerza la conducta y sería
contraproducente para el tratamiento. Ignorar la conducta
es una técnica muy fácil y de gran eficacia. En muchas
ocasiones la familia, al aplicar un
castigo por una conducta
indeseable, lo que hace es, a veces,
reforzarla; mientras que si la hubiera pasado por algo sin
prestarle atención, el niño, el ver que no se le hace caso y
que aquella conducta no es útil para él, dejaría de
realizarla, con lo que desaparecería por
extinción.
Esta técnica resulta muy complicada de
aplicar en el medio familiar porque al ser varios adultos
los que interactúan con el niño, se corre el riesgo de que
unos la apliquen y otros no, con lo que el efecto de la
técnica para la extinción de la conducta es escaso.
-
El
autocontrol. Es aplicable cuando el sujeto dispone de un
grado de madurez mínimo (como por ejemplo los adolescentes).
El individuo se autoaplica los medios terapéuticos llevando
el control de los resultados. Como ventajas podemos
incluir:
Proporciona
confianza y responsabilidad al sujeto, haciendo que se
interese profundamente por su tratamiento y
resultados.
Permite la
observación de aspectos y facetas ocultos a la observación
externa.
La misma
subjetividad del autocontrol hace que el sujeto sea más
exigente en la evaluación de su tratamiento.
El sujeto actúa
de terapeuta sobre su problema, regulando en muchas
ocasiones el tratamiento y aplicándose los refuerzos o
castigos que ha establecido previamente.
La observación
de su conducta puede llevarla a cabo de forma permanente,
por lo que sus resultados son más estables y duraderos al
crear hábitos que se prolongan tras el
tratamiento.
El autocontrol presenta una serie de
modalidades que llegan a constituir técnicas por sí
mismas. Son técnicas aplicables tanto en el medio familiar
como escolar. Estas técnicas son:
Autoobservación. Cuando el propio sujeto observa la
propia conducta. Para ello, el adulto debe aportarle los
criterios a los que debe ceñirse. Estos criterios deben
ser muy concretos y muy objetivos. En algunas ocasiones,
la aplicación del tratamiento puede ser realizada por
algún miembro de la familia pero la observación y
evaluación son obra exclusiva del propio
sujeto.
En el
caso del adolescente que debe mantener ordenada su
habitación, es necesario que aplique criterios como:
buscar el momento para hacer la tarea, observar el
grado de orden alcanzado, valorar el nivel de
satisfacción propio y de los adultos de su entorno,
observar las consecuencias positivas que siguen a la
tarea realizada... |
Autorrefuerzo y el autocastigo. El sujeto, además
de cumplir el plan acordado con el adulto y de observar su
propia ejecución, se aplica los refuerzos y castigos que
le hayan prescrito previamente. Es un medio terapéutico
más eficiente que el anterior ya que cuenta con más
protagonismo del individuo.
El
chico debe enviarse mensajes positivos y debe ser
capaz de, una vez finalizada la tarea encomendada o
cumplir el objetivo propuesto, aplicarse un refuerzo
basado en intereses y motivaciones propias. Al
contrario habría debería aplicarse un
castigo. |
Autorregulación. Permite al sujeto fijar
determinados aspectos de su tratamiento como, por ejemplo,
la razón de los refuerzos o castigos. Este medio
proporciona una mayor confianza en sí mismo, al tiempo que
le hace sentirse más responsable de la correcta aplicación
de su tratamiento.
Esta
modalidad puede ser muy útil en los casos de
nerviosismo, irritabilidad, ansiedad, etc. Son
cuadros propios en caso de exámenes,
adolescencia... |
Autocontrol
de estímulos. El sujeto determina los estímulos que
pueden servirle para modificar su conducta, y con arreglo
a los mismos, se los aplica, observa y evalúa.
En el
caso de un chico o chica que desee mejorar en sus
estudios debe controlar el ambiente y sus estímulos:
con quién se junta, si está en su habitación o en
una biblioteca, si pone música o no, si hay hermanos
más pequeños que distorsionen el ambiente... Todos
estos estímulos deberá tenerlos en cuenta y
controlarlos. |
Autoinhibición recíproca. El sujeto elige el
medio más adecuado para contrarrestar la acción que quiere
inhibir y luego lo aplica cuando es previsible que se den
las circunstancias que desea modificar.
Es una
medida eficaz en casos de ansiedad, dificultades en
la relación social, nerviosismo y, en general, en
problemas de
comportamiento. |
Autotratamiento. Se trata de un paso más en
la técnica del autocontrol. En este caso el sujeto
controla su ejecución y autoevalúa los resultados. El
individuo debe dar cuenta de sus
decisiones.
Sólo
es aplicable en personas con buen autodominio, con
buena capacidad de reflexión y que sean
suficientemente
objetivas. |
Normalmente, en caso de aplicar esta técnica, se
utiliza una combinación de las distintas modalidades a las
que hacemos referencia y el grado de efectividad está
condicionado por el nivel de madurez que el individuo
presente.
-
La
retroalimentación. Con esta técnica el sujeto conoce los
resultados que obtiene y estos, influirán en su futura
actuación. El conocimiento de la propia evolución provoca en
la persona la autoestimulación y el deseo de corregir
aquellos aspectos que puedan mejorarla. La
retroalimentación puede ser interna (cuando el sujeto
se observa y conoce la evolución de sus resultados por sí
mismo) y externa (cuando el sujeto recibe una
información ajena sobre sus
resultados.
Conclusiones
- La aplicación de estas técnicas no asegura en su
totalidad el control y la modificación de la conducta
inadecuada del sujeto.
- En cuanto al modo de aplicación: es necesario que
todas estas técnicas se apliquen de manera global y no
aislada para alcanzar un resultado perfecto.
- Si se inicia un programa para controlar o intentar
modificar la conducta indeseable de un niño, se precisa
llegar al final por lo que debemos conocer lo que supone su
aplicación en cuanto a tiempo, esfuerzo, desgaste del
adulto, consecuencias de un fracaso...
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