Practicum de Magisterio: Especialidad Educación Infantil | |
Universidad de León Área Didáctica y Organización Educativa Practicum | |
La
asertividad fue descrita inicialmente en 1949 por
ANDREW SALTER como un rasgo de personalidad. (Ver
"Educar
en la asertividad"). Se pensó que algunas personas lo
poseían y otras no, exactamente igual que ocurre con la
extroversión o la tacañería. Sin embargo, más tarde fue
definida por WOLPE (1958) y LAZARUS (1966) como "la expresión
de los derechos y sentimientos personales", y hallaron que
casi todo el mundo podría ser asertivo en algunas situaciones
y totalmente ineficaz en otras. Por tanto, de lo que se trata
es de aumentar el número y diversidad de situaciones en las
que se pueda desarrollar una conducta asertiva. En los años 70
algunos autores descubrieron que las personas que mostraban
una conducta poco asertiva creían que no tenían derecho a sus
sentimientos, creencias y opiniones. En el fondo, estas
personas no estaban de acuerdo con la idea de que todos hemos
sido creados de igual forma y que por tanto hemos de tratarnos
como iguales. Se tiene una
conducta asertiva cuando se defienden los derechos propios de
modo que no queden violados los ajenos. Además, se pueden
expresar los gustos e intereses de forma espontánea, se puede
hablar de uno mismo sin sentirse cohibido, se pueden aceptar
los cumplidos sin sentirse incómodo, se puede discrepar con la
gente abiertamente, se puede pedir aclaraciones de las cosas y
se puede decir "no". En definitiva, cuando se es una persona
asertiva hay una mayor relajación en las relaciones
interpersonales. Algunos piensan
que el entrenamiento asertivo vuelve a personas agradables en
irascibles y quejicas o frías y calculadoras. Esto no es
cierto. Es derecho de cada uno protegerse ante situaciones que
nos parezcan injustas o desmedidas; igualmente, cada uno
conocer mejor que nadie lo que le molesta y lo que
necesita.
La forma de interaccionar con los demás puede convertirse en una fuente considerable de estrés en la vida tanto para adultos como para niños. El entrenamiento asertivo permite reducir ese estrés, enseñando a defender los legítimos derechos de cada uno sin agredir ni ser agredido. Antes de continuar leyendo, será de utilidad escribir cuál sería, con mayor probabilidad, la respuesta en las siguientes situaciones problema. Las preguntas están planteadas pensando en un chico adolescente. Resulta fácil cambiar el planteamiento para aplicárselo uno mismo o a un niño más pequeño. Se pretende hacer reflexionar a la persona sin pretender la obtención de una puntuación y, si puede ser, motivar el diálogo y el análisis en el aula o en grupo. Planteamientos sobre la asertividad A continuación
podemos consultar una lista de suposiciones tradicionales que
pueden haberse aprendido en la infancia y que impiden a la
persona convertirse en un adulto asertivo. Cada maestro/a debe
conocer estos supuestos y derechos legítimos para darlos a
conocer a sus alumnos/as. Cada una de estas suposiciones falsas
viola uno de sus derechos legítimos como
individuo:
El entrenamiento
asertivo ha demostrado ser efectivo en el tratamiento de la
depresión, el resentimiento y la ansiedad derivada de las
relaciones interpersonales, especialmente cuando tales
síntomas han sido provocados por situaciones injustas. A
medida que el individuo vaya volviéndose más asertivo empezará
a reclamar el derecho a sentirse relajado y a ser capaz de
dedicar tiempo sólo para sí mismo. Tres estilos básicos de conducta interpersonal El primer paso en el entrenamiento de técnicas asertivas es identificar los tres estilos básicos posibles en toda conducta interpersonal:
La ventaja de ser
asertivo es que puede obtenerse lo que se desea sin ocasionar
trastornos a los demás. Siendo asertivo se puede actuar a
favor de los propios intereses sin sentirse culpable o
equivocado por ello; igualmente dejan de ser necesarios la
docilidad extrema, el ataque verbal o el reproche, y estas
formas de actuación pasan a verse como lo que son, formas
inadecuadas de actuación que crean dolor y
estrés. Antes de empezar
a desarrollar una conducta asertiva hay que tener bien claro
el hecho de que tanto el estilo de conducta agresivo como el
pasivo, generalmente no sirven para lograr lo que se
desea. Lenguaje corporal Otro paso en el entrenamiento asertivo es el desarrollo de un lenguaje corporal adecuado. A continuación se indican cinco reglas básicas que es conveniente practicar delante del espejo.
Técnicas asertivas Para llegar a ser una persona asertiva hay que aprender a evitar la manipulación. Inevitablemente, nos encontraremos con estratagemas que intentarán impedir nuestros objetivos, desarrolladas por aquellos que pretenden ignorar nuestros deseos. Las técnicas que se describen a continuación son fórmulas que han demostrado ser efectivas para vencer dichas estratagemas y que sirven perfectamente en las relaciones interpersonales de todos los jóvenes en sus situaciones cotidianas. Técnica del disco roto. Repita su punto de vista con tranquilidad, sin dejarse ganar por aspectos irrelevantes (Sí, pero… Sí, lo sé, pero mi punto de vista es… Estoy de acuerdo, pero… Sí, pero yo decía… Bien, pero todavía no me interesa). Técnica del acuerdo asertivo. Responda a la crítica admitiendo que ha cometido un error, pero separándolo del hecho de ser una buena o mala persona. (Sí, me olvidé de la cita que teníamos para comer. Por lo general, suelo ser más responsable). Técnica de la pregunta asertiva.
Consiste en incitar a la crítica para obtener información que
podrá utilizar en su argumentación. (Entiendo que no te
guste el modo en que actué la otra noche en la reunión. ¿Qué
fue lo que te molestó de él? ¿Qué es lo que te molesta de mí
que hace que no te guste? ¿Qué hay en mi forma de hablar que
te desagrada?) Técnica para procesar el cambio. Desplace el foco de la discusión hacia el análisis de lo que ocurre entre su interlocutor y usted, dejando aparte el tema de la misma. (Nos estamos saliendo de la cuestión. Nos vamos a desviar del tema y acabaremos hablando de cosas pasadas. Me parece que estás enfadado). Técnica de la claudicación simulada (Banco
de niebla). Aparente ceder terreno sin cederlo realmente.
Muéstrese de acuerdo con el argumento de la otra persona pero
no consienta en cambiar de postura (Es posible que tengas
razón, seguramente podría ser más generoso. Quizá no debería
mostrarme tan duro, pero…). Técnica del quebrantamiento del proceso. Responda a la crítica que intenta provocarle con una sola palabra o con frases lacónicas (Sí… no… quizá). Técnica de la ironía asertiva.
Responda positivamente a la crítica hostil
(Gracias…). Estrategias de bloqueo Te resultará de utilidad prepararte contra ciertas estrategias típicas que intentarán bloquear y atacar tus respuestas asertivas. Algunas de las más enojosas son: Reírse. Responder a su reivindicación con un chiste (¿Sólo tres semanas tarde? ¡Yo he conseguido ser todavía menos puntual!) Utilice en estos casos la técnica para procesar el cambio (Las bromas nos están apartando del tema) y la del disco roto (Sí…, pero). Culpar. Culparle a usted del problema (Haces siempre la cena tan tarde que luego estoy demasiado cansado para lavar los platos) Utilice la técnica de la claudicación simulada (Puede que tengas razón, pero tú estás rompiendo tu compromiso de lavar los platos), o simplemente no se muestre de acuerdo (Las diez es una buena hora para lavar los platos) Atacar. Consiste en responder a su afirmación con un ataque personal del siguiente tipo: "¿Quién eres tú para molestarte porque te interrumpan? ¡eres la fanfarrona más grande que conozco!" Las mejores estrategias en estos casos son la técnica de la ironía asertiva (Gracias) junto con la del disco roto o la de ignorar (Veo que estás de mal humo, ya hablaremos más tarde). Retrasar. Su reivindicación es recibida con una "Ahora no, estoy demasiado cansado" o "Puede que en otra ocasión…" Utilice en estos casos la técnica del disco roto o insista en fijar una fecha para discutir el asunto. Interrogar. Consiste en bloquear cada
una de sus afirmaciones con una serie continuada de
interrogantes: "¿Por qué te sientes así?… Todavía no sé por
qué no quieres ir… ¿Por qué has cambiado de opinión?" La
mejor respuesta es utilizar la técnica para procesar el cambio
(Porque no es ese el problema. La cuestión es que no quiero
ir esta noche). Buscar sutilezas. La otra persona intenta discutir sobre la legitimidad de sus sentimientos o sobre la magnitud del problema, etc., para así distraer su atención. Utilice en estos casos la técnica para procesar el cambio (Nos estamos entreteniendo en sutilezas y apartándonos de la cuestión principal), junto con la reafirmación de su derecho a sentirse como se siente.
Amenazar.Su
interlocutor intenta amenazarle con frases como esta: "Si
sigues con la misma cantinela, vas a tener que buscarte otro
novio" Utilice en estos casos la técnica del
quebrantamiento del proceso (Quizá) y la de la pregunta
asertiva (¿Por qué te molesta mi petición?) También
puede utilizar la técnica para procesar el cambio (Eso
suena a amenaza) o la de
ignorar.
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