![]() | |
![]() | |
Practicum de Magisterio: Especialidad
Educación Infantil ![]() | |
![]() ![]() ![]() | |
qué hacer cuando un niño/a no para de llamar la atención
— Padre de Ángel (PA): Vale, es muy
bonito lo que contáis, pero vosotros no habéis tenido una
tarde triunfal con mi Angelito. Es como un remolino, me pone
en ridículo con sus pataletas en la calle, cuando vienen
visitas a casa se arrastra por todos los lados y no para de
incordiarles, no hay forma de llevarle a la cama, no soporta
que hagamos casos a los hijos de nuestros amigos y les pega,
en las tiendas me monta numeritos, no me hace caso nunca...
espera que cojo aire y continúo porque aquí no acaban las
delicias de mi niño, a veces creo que nos odia y el único fin
de su existencia consiste en volvernos locos a mí y a su
madre. Cualquier día de estos lo... — Psicólogo accidental (Ps): No sigas, estoy convencido de que me puedes relatar miles de actuaciones del muchacho y que todas ellas te llevarían a la misma conclusión: Ángel pretende volvernos locos. Dudo que vuestro hijo tenga como propósito vital amargaros, un niño no tiene tanta capacidad por muy inteligente que sea. Fíjate que en lo que estás diciendo estás cometiendo un error de atribución, las conductas de tu hijo no están destinadas a molestarte a ti sino a conseguir algo que en ese momento desea, acuérdate del artículo que leímos sobre el cómo aprendemos, toda conducta busca conseguir una recompensa o evitar algo desagradable. El atribuirle intencionalidad, asumir que Ángel buscamolestarte, lo que te produce es aumentar el enfado con él, perder objetividad ante las cosas que hace mal y olvidarte de lo que hace bien. Si continúas así lo único que recibirá tu atención de lo que tu hijo hace son las cosas negativas y, como él necesita de tu atención y sólo la va a recibir cuando sea "malo", pues será malo para que le hagas caso. — PA: Bien, suponiendo que tengas razón y que yo cambie mis atribuciones sobre la intencionalidad de las conductas de Ángel, ¿qué pasa con las mismas? Sus comportamientos disruptivos van a seguir ahí y lo único que hasta ahora me has dicho es que no las interprete como una agresión hacia mí ni hacia su madre. — Ps: Lo primero que hay que hacer es analizar cuáles son esas conductas y en que contextos se dan para poder ir eliminándolas y sustituyéndolas por otras más adecuadas. No podemos meter en el mismo saco ni darle la misma importancia a todo lo que hace vuestro hijo. Es decir, no se puede reaccionar de la misma forma al hecho de que deje los juguetes tirados por el suelo que al hecho de romper intencionalmente algún objeto de la casa. Lo primero que debe notar Ángel es que hay conductas más y menos graves y consecuencias igualmente diferentes. — PA: Estupendo pero qué hacemos cuando Ángel "ataque". Qué hago cuando pilla una pataleta en una tienda o cuando le decimos que no a algo y se pone a berrear. — Ps: Te sugiero que cuando Ángel monte uno de esos numeritos, tragues saliva y no le hagas caso. Déjale que se canse de gritar, ignora la escenita por sistema hasta que él mismo llegue a la conclusión de que por esa vía no va a conseguirlo. Pero por otra parte realizad lo que llamamos reforzamiento diferencial de otras conductas, es decir, hacedle mucho caso y felicitadle cada vez que haga las cosas bien o cada vez que lleve a cabo conductas aceptable e incompatibles con las pataletas. — PA: El espectáculo que puede montar nos puede poner en ridículo en cualquier lugar. — Ps: Es cierto, pero tenéis que aguantar el envite. Si unas veces conseguís ignorar las conductas y otras veces cedéis al espectáculo, conseguiréis desconcertar al niño y reforzar que se vuelvan a producir dichos números. Por otra parte no perdáis de vista que sólo se pueden ignorar conductas en las que tengamos asegurado que el niño no va a correr peligro ni va a poder dañar a otros. — PA: Cuando estamos con hijos de otros amigos y por pura envidia empieza a pegarles y a gritar como un descosido. ¿Qué hacemos?
Suponiendo que esta conversación fuese retomada días más tarde. — PA: Por fin te encuentro, he de comentarte que no sé que comentarte. Lo cierto es que hemos intentado llevar a la práctica todo lo que estuvimos hablando sobre Ángel el otro día y lo que nos ha pasado nos hace dudar de lo que dices. Sorprendentemente lo de los castigos ha funcionado algo, pero lo de ignorar las conductas no sabemos si ha sido peor porque ahora el escándalo es mayor. — Ps: Es normal que al principio de que se adopte la técnica de ignorar esas conductas disruptivas se produzca un incremento de las mismas. Fíjate, de repente Ángel se ha encontrado con que lo que lleva haciendo mucho tiempo no le sirve para conseguir lo que quiere y, por tanto, va a incrementar la intensidad de su pataleta para ver si así lo consigue. Si vosotros como padres os mantenéis firmes en la actuación va a descubrir que por ese camino ya no se consigue lo pretendido. Si a la vez le vais reforzando conductas adecuadas tenderá a repetirlas ya que las formas anteriores no le sirven. — PA: Hay algo que me choca de todo lo que me dices. Continuamente me hablas de reforzar, como si el hecho de hacer las cosas bien tuviera que comprárselo a mi hijo, como si no fuese un deber por su parte. Además, sólo se pude conseguir que haga cosas dándole cosas, parece que en lugar de una relación padre - hijo, estuviésemos hablando de un relación mercantil.
— PA: Te voy siguiendo en el proceso, pero lo que me cuentas es bastante escaso. Por ejemplo, ¿qué hacemos cuando tenemos visita y Ángel monta espectáculos que nos avergüenzan e incomodan a nuestros amigos y familiares? — Ps: Existe otra técnica que se denomina tiempo fuera. Consiste en que cuando el niño empiece a montar el espectáculo, le saquéis de la sala sin decirle nada y le llevéis a un lugar en el que no haya nada que le distraiga. Dejadle allí hasta que pasen unos cinco minutos seguidos en silencio. Intentad que el tiempo en aislamiento no sea excesivamente largo, por favor, nada de dejarlo sólo durante horas encerrado ya que el niño puede sentirse no querido e incluso desarrollar miedos que puedan permanecer en el tiempo. — PA: Al final puede que hasta me convenzas, pero todo esto me suena a convertir la educación de mi hijo en algo planificado casi maquiavélicamente. Me da algo de miedo. — Ps: Es cierto que si la única forma que utilizamos para enseñar conductas a niños está basada en procesos conductuales nos podemos perder la riqueza y originalidad que supone el proceso de desarrollo social de cualquier niño y, especialmente, si es el nuestro. Todas las técnicas de las que te he hablado son herramientas de apoyo ante situaciones concretas, pero no son el objetivo último del proceso educativo. Sí que he de decirte que los criterios de coherencia y consistencia que hemos comentado han de ser centrales en el proceso educativo. Los niños van descubriendo el mundo y necesitan seguridades que los adultos les hemos de dar con nuestras actitudes. Aunque parezca que las normas inhiben su libertad, el saber que son estable y límites que no se deben sobrepasar, les van a otorgar por un lado estabilidad y por otro la sensación de sentirse queridos ya que sus acciones no son indiferentes para las personas a las que ellos consideran imprescindibles. |
|